viernes, 21 de septiembre de 2007

Segundo posteo

El ocaso de los sistemas tradicionales centrados en pruebas.

El concepto de evaluación durante nuestra historia ha sufrido una notable evolución, se ha ido modificando de acuerdo con los conceptos educacionales dominantes es así como ha pasado por diversos conceptos desde un mero acto de juzgar hasta un valor de medición, pero no termina ahí han sido muchos los esfuerzos y autores que se han preocupado por este complejo proceso. Siguiendo con nuestro proceso de evolución también se ha designado a la evaluación en función de lograr objetivos previamente formulados, dándole en este sentido un carácter cualitativo y es en la década de los setenta donde se reconoce gran importancia al contexto educacional, siendo la evaluación un proceso que contribuirá a la toma de decisiones, en los ochenta es más importante una construcción y apropiación del conocimiento.

De acuerdo con lo anterior sí que es complejo el acto evaluativo, pero lo que sí es de suma importancia al hablar de evaluación es no hacer un antagonismo entre el proceso evaluativo y el proceso de enseñanza-aprendizaje ya que estos son componentes ligadas sustancialmente y son los actores educativos los encargados de ponerlos en práctica, pero es en este punto donde están las mayores deficiencias cuánto nos cuesta en nuestro país la Innovación, con todo lo que ello implica, sobre todo cuando estas están alejadas de nuestra inicial formación, cuando existe una enorme brecha en quienes impulsan estos cambios y en quienes son los que los llevan a la practica.

Hoy en día los resultados son menos importantes lo que de verdad importa es el proceso enseñanza-aprendizaje, es a esto a lo que se le da y exige mayor relevancia ya que es clave para el buen desarrollo de nuestras capacidades y habilidades como estudiantes, es lo que nos guía y obliga a una comprensión profunda y global de nuestra malla educativa y de nuestro futuro entorno laboral es lo que nos hará capaz de enfrentarnos a dificultades y salir victoriosos de ellas, pero todo esto nos implica como estudiantes una innovación ya que nos hemos visto enfrentados en este proceso de evolución, teniendo una evaluación individualizada y multidimensional contrapuesta a lo que muchos tuvimos en básica o media la cual se estaba más centrada en el grupo, objetivo y cuantitativo, que en la persona, pero quiero rescatar también que resulta aún más difícil y complicado cuando esta innovación , aún no esta unificada y solo está dada en algunos docentes y no en todos los que nos hacen clases, lo cual hace más difícil esta lucha entre los procesos tradicionales de evaluación, que en ningún caso son absolutamente malos y estas nuevas propuestas de evaluación.

Por otra parte es preciso mencionar a los marcos que rigen las pruebas que en una teoría clásica se da como el indicador de una habilidad, de una aptitud o del grado de rendimiento de los estudiantes.

Es importante destacar que las pruebas constan también de un cierto grado de discriminación y dificultad y esto, el grado de dificultad, es lo que le ha otorgado valor durante el tiempo como un instrumento de poder que genera ansiedad y angustia en los estudiantes sin olvidar que este es un proceso de alta subjetividad en el criterio del aplicador.

Con lo anteriormente expuesto es aquí donde nos cabe preguntarnos si estos procedimientos han entregado a lo largo de la historia educativa resultados confiables en los aprendizajes de los alumnos o si solo han servido como instrumentos de filtro que garantiza la supervivencia académica del más fuerte frente a preguntas estandarizadas y cerradas que encasillan a los estudiantes.

Lo que el autor nos presenta en este texto es la evolución y la complejidad del concepto evaluativo, la gran brecha existente entre la teoría y la práctica de los procesos educativos y lo difícil que resulta para los actores de la educación, sobre todo decentes y alumnos apropiarnos de la innovación y poder llevar a cabo una evaluación referida y ligada al proceso enseñanza-aprendizaje más que en los resultados propiamente tal. Por otra parte la gran preocupación del autor es garantizar un aprendizaje significativo y trascendental a través del tiempo, con una evaluación autentica y potencializadora del aprendizaje y que por supuesto supere las deficiencias de los procesos evaluativos actuales.

UN SISTEMA ALTERNATIVO DE EVALUACIÓN DE LOS APRENDIZAJES: HITOS HISTÓRICOS Y PRINCIPIOS DE UNA EVALUACIÓN AUTÉNTICA.

Al referirnos a una evaluación auténtica, estamos enfocándonos mayoritariamente en un proceso globalizado, multidireccional que va mucho más allá que una prueba cerrada y encasilladora, mas bien nos estamos refiriendo a un proceso que enmarque todos los ámbitos del estudiante y más aún que sea él el protagonista y responsable de su proceso de aprendizaje y mediante ello alcance todos sus planes propuestos y cumpla todas sus metas en cualquiera sea el área o disciplina deseada. Además todo esto es un proceso colaborativo que consta de estrategias, tanto del profesor como mediador, como del alumno como forjador de aprendizaje, todo ello con el único propósito de mejorar así el nivel y la calidad de los aprendizajes y con ello aumentar la probabilidad de que todos los estudiantes aprendan y a la vez tratar de llegar a una nivelación.

Lo que el autor nos señala en este texto es su gran preocupación por una evaluación uniforme y estandarizada, que no respeta las diferencias individuales de los estudiantes además de invitar a sus lectores a reflexionar sobre la forma de generar estrategias de problemáticas evaluativas, también invitar a poner en práctica enfoques y procedimientos de evaluación acordes con nuevas concepciones de enseñar y aprender. Para lo anterior nos da como ejemplo algunos principios que deberían trascender a través del tiempo como por ejemplo:

La Continuidad y permanencia de la evaluación: Principio que recalca a la evaluación como un proceso, el cual debe ser continuo y permanente ligado a la naturaleza del aprender, como un pasar inadvertido por el estudiante.

El Carácter retroalimentador del proceso evaluativo: Principio que nos dice que, como el aprendizaje es un proceso este debe establecer en su historia evolutiva niveles de progresos, tomando por supuesto en cuenta los conocimientos previos de los estudiantes y aceptando la presencia de errores como una forma natural de aprendizaje y que a la vez conduce a un mejoramiento de este proceso a través del refuerzo y la profundización.

Las funciones de la evaluación en el proceso del aprendizaje: Esta es una concepción centrada en los logros que se obtienen a través del proceso educativo y por ello enfatiza las funciones diagnóstica y formativas más que lo sumativo que conlleva a una certificación.

La propiedad consustancial del proceso evaluativo: Este principio está referido a mostrar al estudiante sus niveles y logros y para ello sugieren la autoevalución y la coevaluación permanentes como prácticas adecuadas para adquirir evidencias durante el proceso de aprender.

La utilización de nuevos procedimientos de evaluación: Este aspecto es muy importante a la hora de la renovación en el proceso evaluativo, ya que cualquier práctica que lleve a aportar información sobre el aprendizaje de los alumnos es valida y puede considerarse como un procedimiento legítimo de evaluación.

En consecuencia lo que se nos pide es un proceso de enseñanza-aprendizaje que apunte a una perspectiva globalizadora, con todos los aspectos anteriormente señalados y que incidan en la evaluación, por tanto sean asumidas plenamente por el profesorado para dar así paso a un proceso renovador autentico y alternativo con un cambio actitudinal y de estilo.